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La apertura exige principios- El caso del Acceso Abierto a la información científica y académica

Dominique Babini

La disponibilidad de nuevas tecnologías de información y comunicación, nos permite como sociedad abrir los contenidos, las tecnologías, y los procesos de nuestras actividades.

El proceso de apertura brinda grandes oportunidades de avanzar más participativamente y eficientemente en la construcción de nuevos conocimientos y en el compartir esos conocimientos con los sectores de la sociedad que pueden aplicarlos para resolver necesidades específicas.

Pero en todo proceso de apertura, que es una construcción social, debemos tomar decisiones en base a los principios que consideramos deben acompañar esa apertura.

En esta breve presentación, comparto algunos hechos y decisiones que han acompañado el proceso del Acceso Abierto (Suber, 2015) -acceso libre y gratuito en Internet a los textos completos de publicaciones científicas y académicas- que nos muestran los principios que estuvieron presente en ese proceso de apertura que lleva ya más de dos décadas.

El objetivo es mostrar con este caso del acceso abierto al conocimiento científico y académico, la importancia de tener claro los principios y visiones, antes de tomar decisiones sobre qué, cómo, para quién y para qué abrir contenidos, tecnologías y procesos.

¿Debe el sector comercial concentrado en unas pocas editoriales internacionales, que con sus exorbitantes ganancias del 35-40% ha sido uno de los principales motivos por los cuales se inició el movimiento por el Acceso Abierto, ser parte de la solución?  ¿O debe ser la comunidad académica quien recupere la gestión de las comunicaciones científicas desarrollando sus propias plataformas y servicios?

En el caso del acceso abierto al conocimiento científico y académico, en los países desarrollados, donde la privatización del conocimiento ha llegado hace décadas al ámbito académico y científico que tercerizó al sector comercial gran parte de la producción de revistas y libros científicos y académicos, el camino hacia formas más abiertas de compartir conocimiento tuvo desde sus inicios dos visiones muy diferentes.  Por una parte, científicos conscientes del costo que tiene para los presupuestos de investigación científica esa tercerización comercial y defensores de la idea de que la investigación financiada con fondos públicos debe estar libremente disponible para todos, y por otro lado el sector de edición académica comercial concentrado en unas pocas corporaciones internacionales.

Comparto cuatro casos de esos científicos que, a su manera, fueron visionarios de la apertura:

      • Hace 30 años Tim Berners-Lee, un joven científico inglés especializado en computación y trabajando en ese momento en el CERN, centro europeo de investigación atómica con sede en Ginebra, ante la necesidad de compartir archivos con otros investigadores de manera más efectiva, creó el concepto de la Web1 y, pudiendo patentarlo para construir un negocio muy rentable, decidió compartir libremente la tecnología y hoy todos disponemos de servicios basados en la web.
      • Esa Web permitió a otro investigador, el cientista cognitivo Stevan Harnard de Canadá, preocupado por los precios exorbitantes de las revistas científicas, proponer hace 25 años su conocida “Propuesta Subversiva” invitando a todos los científicos a difundir libremente en la Web sus artículos para que todos pudieran leerlos, dando inicio al movimiento internacional por el acceso abierto a las revistas científicas que eran manejadas por editoriales comerciales internacionales en uno de los negocios más rentables del mundo -más que Apple, Google y Amazon-  negocio montado con base principalmente en fondos públicos destinados a la investigación2.
      • Hace pocos años, otro joven programador y hacktivista de Internet, Aaron Swartz, de Estados Unidos, desde adolescente involucrado en programar servicios éxitosos para emprendimientos de Internet, como son el RSS y Creative Commons, a los 22 años publicó su “Guerilla Open Access Manifesto” llamando a compartir e intercambiar conocimiento libremente en Internet, oponiéndose al “robo privado de la cultura pública” y a la “privatización del conocimiento” por parte de las corporaciones internacionales de información científica3. En uno de sus habituales hackeos para liberar en la Web masivas cantidades de artículos científicos del circuito comercial, pues consideraba que esos contenidos debían ser de acceso público y gratuito, fue apresado y se dictaminó una condena a 35 años de cárcel. Se suicidó a los 27 años antes de finalizado el proceso judicial, produciendo una gran conmoción en el ámbito del acceso abierto y desarrollos de Internet. Fue incluido póstumamente en el Salón de la Fama de Internet.
      • Y actualmente, muchos científicos del mundo cuyas instituciones no pueden pagar los exorbitantes precios de suscripción a revistas científicas, acceden gratuitamente a más de 60 millones de artículos científicos del circuito comercial utilizando el sitio pirata SCI-HUB,  un sitio web creado en 2011 por Alexandra Elbakyan, una desarrolladora de software y neurocientífica de Kazajistán, que como estudiante e investigadora tuvo muchas dificultades en conseguir artículos científicos que no podía pagar entonces inició este proyecto por estar en desacuerdo con los altos costos de la compra de artículos científicos.  Alexandra recibió varias demandas judiciales por parte de editoriales comerciales internacionales, exigiéndole cerrar su sitio web, pero su sitio web ha demostrado resiliencia al mantenerse disponible a través de nuevas direcciones Web, y muchos investigadores le prestan a Alexandra sus claves para que ella pueda bajar artículos del circuito comercial y liberarlos. Su iniciativa nos recuerda los inicios de Napster para música.

En todos estos casos defienden principios relacionados con el derecho de participar y acceder al conocimiento, y que el conocimiento abierto sea gestionado por la comunidad involucrada utilizando tecnologías y procesos abiertos, y no gestionado por el mercado.

Mientras estos protagonistas denuncian y proponen liberar el conocimiento financiado con fondos públicos que ha sido apropiado por el mercado, cada vez son más los gobiernos y comunidades científicas y académicas que en el mundo establecen políticas formales4 e infraestructuras5 para que los resultados de la producción académica y científica esté disponible libre y gratuitamente para quien necesite consultarla.

En este proceso de apertura de la información científica y académica, proceso que lleva ya varios años, se observa una clara diferencia entre los principios que acompañan las políticas de apertura de la información científica en los principales países productores de conocimiento científico que son los países desarrollados, respecto a otras regiones como es el caso de los países de América Latina.

En los países más desarrollados, donde hay fuerte inversión privada en la actividad científica y en las comunicaciones académicas, sin decirlo abiertamente las políticas de apertura dan espacio a las corporaciones editoriales internacionales, que son industrias que tienen su sede en esos países, para que tengan un rol en la transición hacia el acceso abierto, transición donde la propuesta de esas grandes corporaciones editoriales no se hizo esperar.  Si la exigencia de los gobiernos y las agencias que financian la investigación es que la producción científica esté libre y gratuitamente disponible en la Web, el gran negocio no podía continuar cobrando por leer las publicaciones científicas mediante cobro de suscripción a las revistas impresas y digitales, y ´pay per view´ de artículos individuales obtenidos online. Entonces la propuesta del sector comercial es liberar el acceso al público pero cobrar por publicar en acceso abierto, siempre manteniendo niveles de ganancias que llega a 35%-40%, ganancias pocas veces conocidas en otras exitosas industrias, todo en base a dinero público dedicado a la investigación ya que son los fondos públicos que pagan los sueldos de los autores que escriben los artículos, de los revisores que evalúan los artículos presentados en las revistas, y de muchos editores de revistas, además de pagar las suscripciones a las revistas.  Y el apuro por avanzar más rápido en la transición al acceso abierto está llevando a varias iniciativas, principalmente en países miembros de la Comunidad Europea6 y Gran Bretaña7 a considerar a la industria editorial como socios en el cambio.

Desde el Sur Global nos preguntamos…

¿Debe el sector comercial concentrado en unas pocas editoriales internacionales, que con sus exorbitantes ganancias del 35-40% ha sido uno de los principales motivos por los cuales se inició el movimiento por el Acceso Abierto, ser parte de la solución?  ¿O debe ser la comunidad académica quien recupere la gestión de las comunicaciones científicas desarrollando sus propias plataformas y servicios?

Se observa un tímido avance de iniciativas académicas en Europa, Estados Unidos y Canadá promoviendo modalidades cooperativas y colaborativas de compartir la gestión y los gastos de esta transición hacia el acceso abierto a las publicaciones que resultan de la investigación científica y producción académica financiada con fondos públicos.  Pero no está claro si el futuro del acceso abierto en el Norte será gestionado por la comunidad o por el mercado.

América Latina, otros principios, otro camino, donde las universidades son protagonistas

Así como en Europa y en Estados Unidos las comunicaciones académicas están desde hace décadas dominadas por un conjunto de unas pocas corporaciones editoriales académicas -que están sumando a su negocio habitual de suscripciones a publicaciones y ´pay-per-view´, el nuevo negocio de ´cobrar por publicar en acceso abierto´-  en América Latina las comunicaciones académicas y científicas tradicionales y la transición al acceso abierto han estado principalmente en manos de las universidades y otras instituciones y agencias de investigación, que han desarrollado servicios regionales, nacionales e institucionales para dar mayor visibilidad y acceso abierto a sus publicaciones, iniciativas gestionadas en modalidades colaborativas, sin fines comerciales, en una región donde la investigación se financia principalmente con fondos públicos.

En los países más desarrollados, donde hay fuerte inversión privada en la actividad científica y en las comunicaciones académicas, sin decirlo abiertamente las políticas de apertura dan espacio a las corporaciones editoriales internacionales, que son industrias que tienen su sede en esos países, para que tengan un rol en la transición hacia el acceso abierto, transición donde la propuesta de esas grandes corporaciones editoriales no se hizo esperar.

Los principios que han acompañado las decisiones en el proceso de apertura del conocimiento científico producido por la región y publicado en la región, claramente ha defendido el acceso al conocimiento como un derecho y su gestión como un bien común.

América Latina es reconocida internacionalmente por ser la región del mundo que más ha avanzado en brindar acceso abierto a sus publicaciones científicas y académicas (Alperin y Fischman, 2015).

En el ámbito de las revistas científicas se destacan los portales regionales de revistas de calidad:

  • Latindex-Catálogo, desarrollado por la UNAM para toda la región,
  • SciELO, iniciado por BIREME en Brasil para toda la región y
  • Redalyc, desarrollado por UAEM para toda la región,

Estos portales que brindan apoyo a las revistas para su difusión y acceso abierto, e indicadores para evaluación, “elevaron el perfil así como la calidad de las revistas académicas en América Latina” (Alperin, Fischman, Willinsky, 2012).  Y el trabajo de los portales regionales se realiza de manera organizada, metodológica y cooperativa (Cetto, Alonso Gamboa, Packer y Aguado López, 2015), desarrollando poco a poco indicadores para contribuir a los procesos de evaluación8.

Para brindar acceso abierto a la producción académica, científica y de otros sectores de la sociedad que producen conocimientos, ha tomado impulso el ámbito de los repositorios digitales.  A los repositorios digitales de revistas mencionados más arriba, se suman los repositorios digitales institucionales que reflejan la producción de la propia institución y se articulan en redes nacionales de repositorios, que a su vez son miembros de redes regionales, como es el caso de La Referencia en América Latina, que integra contenidos de sistemas nacionales de repositorios digitales de 9 países.  Y también hay que considerar los repositorios regionales temáticos, como son el de la red CLACSO para las ciencias sociales, SIDALC para ciencias agrícolas, Biblioteca Virtual de Salud, entre otros, que difunden todo tipo de contenidos como artículos, revistas, libros, capítulos de libros, informes de investigación, informes para políticas, textos de opinión, multimedia, archivos de datos, entre otros contenidos.  Y más recientemente repositorios específicamente de datos, de preprints, de recursos educativos abiertos, y de ciencia abierta.

Considerando que tres cuartas partes de los investigadores latinoamericanos están radicados en las universidades, principalmente en las universidades públicas (Albornoz, Barrere y Sokil, 2017; OCTS, 2018) y que es en ese espacio universitario donde se publican la mayoría de las revistas científicas y académicas (Salatino, 2017), revistas con alcances geográficos muchas veces locales y regionales (Vessuri, Guédon y Cetto, 2013; Salatino 2018), el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales-CLACSO, cuya red académica incluye centros de investigación ubicados en las principales universidades de investigación de la región, ha decidido sumarse al nuevo programa AmeliCA9 “un proyecto del sur para el sur”, ampliando así el acuerdo de cooperación existente entre CLACSO y REDALYC refrendado por la Declaración sobre el Acceso Abierto al Conocimiento Gestionado como un Bien Común y consolidado con el Portal de 900 revistas de ciencias sociales y humanas REDALYC-CLACSO que hoy recibe más de 4 millones de bajadas por mes.

El proyecto colaborativo AmeliCA10 -cuyos integrantes iniciales son la Universidad Autónoma del Estado de México-UAEM, CLACSO, Universidad de Antioquía de Colombia, Universidad Nacional de La Plata de Argentina y Redalyc de México- defiende los principios del conocimiento gestionado como un bien común por la misma comunidad, sin intermediación comercial, y permitirá articular el trabajo colaborativo de aquellos equipos universitarios que en la región están investigando y experimentando nuevas modalidades de gestionar las comunicaciones científicas y académicas en abierto y producir indicadores que reflejen el uso e impacto de los conocimientos producidos en la región, tanto en el ámbito académico como así también su uso e impacto en el ámbito donde se ubican los problemas y necesidades a los cuales la investigación intenta aportar nuevos conocimientos.

AmeliCA, con acompañamiento de UNESCO y otras organizaciones e iniciativas internacionales, está también organizando actividades de cooperación Sur-Sur con iniciativas de acceso abierto de otras regiones en desarrollo que comparten nuestros principios y la preocupación por el avance en la privatización del conocimiento11.

La ciencia abierta, los datos abiertos, el acceso abierto a datos de investigación y datos de gobierno abierto, son todas oportunidades y caminos que nos ayudarán a atender los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados por los 193 países miembros de Naciones Unidas.

Trabajemos para que los principios que guían nuestras decisiones y políticas en el avance del conocimiento abierto nos permitan lograr sociedades más justas, equitativas y sustentables.

1. Él y su grupo crearon lo que por sus siglas en inglés se denomina Lenguaje HTML (HyperText Markup Language) o lenguaje de etiquetas de hipertexto, el protocolo HTTP (HyperText Transfer Protocol) y el sistema de localización de objetos en la web URL (Uniform Resource Locator).

2. https://www.theguardian.com/science/2017/jun/27/profitable-business-scientific-publishing-bad-for-science

3. “Las cinco grandes editoriales científicas: Elsevier, Springer, Willey-Blackwell, Taylor&Francis y Sage controlan un 70% de toda la investigación que se publica en el mundo” entrevista a John Willinsky https://www.lavanguardia.com/lacontra/20180820/451381751987/hoy-la-inquisicion-en-ciencia-es-el-ansia-de-beneficio.html

4. https://roarmap.eprints.org/

5. https:http://v2.sherpa.ac.uk/opendoar/

6. https://www.nature.com/articles/d41586-018-06178-7

7. https://www1.essex.ac.uk/reo/documents/finch-report.pdf

8. http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20141217052547/Indicadores_de_acceso_abierto.pdf

9. https://www.youtube.com/watch?v=4xfvgaSwh8c&list=PLB_VcyBOIlW7dFdK7B72N_epRiXlyaSAr

10. Se presentará oficialmente con motivo de la 8° Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, Buenos Aires, 19-23 de noviembre 2018  https://www.clacso.org.ar/conferencia2018/

11. Una primera iniciativa Sur-Sur del proyecto AmeliCA es la sesión conjunta con CLACSO y patrocinada por UNESCO “Strengthening South-South Interregional Cooperation on Open Access to Knowledge”, con participación de representantes del acceso abierto en Africa, Asia y América Latina, sesión que se realizará el 22 de noviembre 2018 en el contexto de la 8° Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, Buenos Aires, 19-23 de noviembre 2018  https://www.clacso.org.ar/conferencia2018/

REFERENCIAS:

Albornoz, M., Barrere, R. y Sokil, J. (2017). Las universidades lideran la I+D en América Latina. En Mario Albornoz y Rodolfo Barrere (Coord.), El Estado de la Ciencia. Principales Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericanos / Interamericanos 2017 (pp.31-44). Buenos Aires, Argentina, RICYT y OCTS-OEI. Recuperado de http://www.ricyt.org/files/Estado%20de%20la%20Ciencia%202017/El_Estado_de_la_Ciencia_2017_Completo.pdf 

Alperin, J.P., Fischman, G.E. (Eds.). (2015). Hecho en Latinoamérica: acceso abierto, revistas académicas e innovaciones regionales. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina: CLACSO.  Recuperado de http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20150722110704/HechoEnLatinoamerica.pdf

Alperin, J.P., Fischman, G.E., Willinsky, J.(2012). Scholarly communication strategies in Latin America´s research intensive universities. Revista Educación Superior y Sociedad, 16(2). Recuperado de http://ess.iesalc.unesco.org.ve/ess3/index.php/ess/article/view/409

Cetto, A. M; Alonso Gamboa, J.O.; Packer, A.; Aguado López, E. (2015). Enfoque regional a la comunicación científica. En: Hecho en Latinoamérica: acceso abierto, revistas académicas e innovaciones regionales, pp. 19-42. Buenos Aires: CLACSO. Recuperado de http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20150722110704/HechoEnLatinoamerica.pdf

OCTS-Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (2018). Las universidades, pilares de la ciencia y la tecnología en América Latina. Buenos Aires, Argentina: OEI. Recuperado en http://www.ricyt.org/

Salatino, M. (2018). Más Allá de la Indexación: Circuitos de Publicación de Ciencias Sociales en Argentina y Brasil. Dados, 61(1), 255-287. https://dx.doi.org/10.1590/001152582018152

Salatino, M. (2017). La estructura del espacio latinoamericano de revistas científicas. (tesis doctoral). Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina.

Vessuri, H., Guédon, J-C. y Cetto, A. M.(2013). Excellence or quality? Impact of the current competition regime on science and scientific publishing in Latin America and its implications for development. Current Sociology, 62(5), 647-665. Recuperado de http://eprints.rclis.org/23682/